El bordado designa el arte de decorar textiles con una técnica en la que se utiliza hilo y aguja, usada desde la antigüedad. En sus comienzos, la artesanía se realizaba con motivos litúrgicos, en prendas de vestir u ornamentos religiosos, pero con el paso de los siglos se volvió un arte popular que confería elegancia a las prendas de ropa y textiles del hogar.
Breve historia del bordado
Los pueblos de Oriente eran bordadores talentosos; adornaban los textiles con motivos ornamentales y decoraban las prendas con exquisitos diseños.
Los más famosos bordados antiguos proceden de Mesopotamia y por ello se atribuye a los babilonios la invención de este arte, que se exportó a Egipto y se desarrolló en los ricos telares egipcios.
En Europa Occidental, las primeras ropas bordadas eran usadas por la nobleza y se inspiraban en los antiguos motivos persas y bizantinos.
Las damas de la corte usaban ricas telas bordadas con acabados refinados, pero las prendas masculinas también llevaban escotes, dobladillos y puños bordados, así como la ropa sacerdotal, que era escrupulosamente bordada a mano con hilos y piedras.
Renacimiento, el Punto cruz
En el siglo XIII, comienza el bordado a realce, que incluye el altorrelieve y en el siglo XV, el bordado comienza a imitar los lienzos de pintura. La destreza técnica de los bordadores de antaño se refleja en verdaderas obras de arte donde las figuras de hilo muestran colores degradados y detalles ornamentales exquisitos, como el procedimiento del oro matizado. En el siglo XVI, se populariza en Europa el bordado a canutillo.
Fue en el Renacimiento cuando la técnica de bordado se convirtió en una de las enseñanzas básicas en la educación de las niñas, en todas las clases sociales. El bordado se popularizó y el punto cruz, la técnica más utilizada, se extendió por toda Europa.
Esta práctica se mantuvo durante siglos y dio lugar a una gran riqueza de textiles bordados a mano. Era usual que todas las mujeres jóvenes prepararan su ajuar cosiendo a mano las iniciales de los novios en la ropa de casa, como las sábanas, las toallas y los manteles.
En ese tiempo nacieron los marcadores, pieza de tela en donde se practicaban los motivos del popular punto cruz. Más adelante, se utilizaron tablas de alfabetos que presentaban modelos de escritura, así como monogramas y plantillas de bordados con muy diversos motivos decorativos.
El bordado en la actualidad
En el año 1828, el francés Joseph Heilman inventa la primera máquina de bordado, la que dio lugar a la producción en serie. Esta innovación, junto con el desarrollo químico que creó una amplia gama de colores nuevos de hilo, revolucionó las técnicas de bordado antiguo.
El punto cruz, que había sido el máximo exponente del bordado, fue sustituido por el medio punto y otras técnicas complejas, con gran variedad de nuevas puntadas. Y si bien la producción en masa se mantuvo, el bordado manual tuvo un gran auge en la década de 1970.
Hoy en día, las máquinas de bordado existentes son muy complejas y realizan trabajos en serie de forma increíblemente rápida. Sin embargo, el bordado artesanal, realizado a mano, se considera un arte, no solamente porque cada pieza es única, sino que la pericia del bordador le da a cada bordado un toque de personalidad a los diseños con relieves, texturas y colores.
Las prendas bordadas a mano, así como los accesorios bordados son un sello de elegancia y distinción, tal como lo ha sido a través de la historia del bordado. Y así continuará siendo, pues es un detalle decorativo que todas las personas valoran, como un estampado artístico único, con una gran personalidad.